lunes, 27 de mayo de 2013

Daño

Fibra,
libre y seca, que se corta con el hielo y no vuelve a crecer.
Agua,
sin sabor, lúgubre, que cae pesada sobre los silencios.
Ocasional pero ponzoñosa la penumbra que se queda ahí, dentro, muy dentro, en el pecho. 
Nicotina, 
tóxica e indeleble, que cubre los posibles amores.
Señales,
invisibles, sin destino, que me miran entre los segundos.
Hasta aquí llegó toda ocasión de perdón.


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