miércoles, 3 de marzo de 2010

SECAS HOJAS

Estaba muy cerca de mi. Una pila de hojas secas, solitarias, marrones, otoñales, amigas del viento, de la magia, de las hadas. Parecían una torre de chocolate derritiéndose. Se sentía el deseo de lanzarse sobre ella y comérsela disfrutando del dulce sabor a verde, a raíz, a mañana.
Una visión juguetona llegó hasta mí... sentí deseos de saltar sobre el montículo de hojas, y revolcarme con ellas en un placentero viaje a lo introspectivo. Donde se olvida todo, donde retienes una sonrisa pícara, de "no me importa", de niña pequeña, de ilusión imperecedera.
Pero toda posibilidad de ideas se fue en un soplo, de un viento violento y frío.
El otoño está por irse.