jueves, 14 de octubre de 2010



Los pensamientos más insensatos son tan comunes que me provoca amarrarlos para que no estorben con tanta frecuencia.

Pero sería injusto de mi parte convertir este mundo mío a la perfecta potencia, porque no es real lo que es perfecto, y prefiero amores reales que amores utópicos...

Y es por eso que declaro que el control de los insensatos que osan llamarse mis pensamientos quedará bajo un dominio privado en lo más recóndito de mi cordura, y sólo tú, que me amas, podrás ver cómo vuelvo a nacer.