jueves, 27 de agosto de 2009

PESADILLA

Soy víctima de una visión de mi misma. Sentada en un banco frente a las murallas desconocidas de un lugar desconocido, un viento color salitre agita mi cabello y choca contra mi perfil. El sol condensa las paredes y me rodeo de un verde intenso. No dejo de mirar al horizonte comiéndome el miedo. No tiene sabor alguno, desconozco su color y su forma. Estoy en el pleno vacío del campo imaginario de la incertidumbre. No oigo nada, no quiero escuchar nada mientras me como a mi misma en la visión fogosa del miedo a lo que viene.