viernes, 6 de junio de 2008

CARTA PARA MI PRIMER Sí



No quiero que te sientas obligado a mirarme a los ojos, ni a rozar un HOLA... los saludos serán sólo maneras de escondernos de nuestra propia realidad. Fuiste mi primer sí, y así serás para mí por siempre.

Seremos amigos si tu lo deseas, pero en mi corazón serás siendo mi primer sí, y de ese modo aún te querré. No te pediré explicaciones, no pretendo agobiarte en tus propias razones, pero tan sólo quisiera saber si de verdad, en algún momento, el sentimiento si fue verdaderamente mutuo.

Bajo las estrellas esa noche, no comprendí nada, y aún sigo sin entender. El sentido de mi historia estaba junto al tuyo... y ahora no sé en qué me convertiré.

Seré quien he sido siempre. Que aburrido.

No pretendo reprenderte, ni quejarme ante tí. Recogeré mis avíos, y me marcharé sin aviso de tu vida... cuando vuelva a aparecer, no me reconocerás. Estaré tan cambiada, que habré olvidado quien fui una vez, y trataré como un amigo. Entonces te darás cuenta que te he olvidado.... pero, sin embargo, seguirá siendo una pantalla ficticia para las masas, porque muy dentro, me moriré por darte un último beso.

Sabía que la eternidad era un ideal, que jamás duraría para siempre este sentimiento. Pero jamás pensé que aparentar el dolor sería tan duro, porque el dolor es duro. La tristeza que siento no es común. No me siento.

Los árboles me cantan canciones de cuna, el sol es más caliente, las puertas se abren más lentamente, el aire es pausado... y melancólico.

El buen recuerdo que llevo de ti no me permite olvidarte fácilmente. Pero haré mi viaje y como ya dije, regresaré con un cambio de memoria... o mejor... una memoria falsa.

Te agradezco la sinceridad... por evitarme más dolor, y por evitarte más indiferencia. Hubiera sido terrible seguir caminando con quien desea andar solo.

Aquí estaré...

Desde ahora, tu amiga.