viernes, 16 de mayo de 2008

Mientras estoy sola... pienso


No estoy sola, pero a veces, quisiera entender porqué me llego a sentir de ese modo.
Me pregunto si algunos se sentirán como yo. O si soy la única humana que pretende ser hermosa junto a la naturaleza mientras que se da cuenta de que es imposible observar el silencio.
Algo más me dice que me quede tranquila sentada... escuchando a los sapitos, viéndolos moverse en un riachuelo inventado por los canales de agua de las construcciones.
Es divertido ver a los renacuajos nadar entre la espesura. ¿Es divertido?... no... es extraño. No muchos creen en el poder de la soledad, y pecan de poco observadores. En ocaciones, cuando ven que alguien se aleja en la distancia a pensar para olvidar sus problemas (cuando realmente los recuerda sin cesar), la gente se ríe miesteriosamente, arrugando el entrecejo, preguntándose ... ¿qué le ocurre?
Yo me pregunto ¿Es que acaso debemos sentir algo malo para que nos sentemos a ver los renacuajos?... o ... el paisaje, las montañas, los árboles, los barcos...
Además... todo es tan hermoso y cobra tanto sentido... todo está allí por algo, y en ese instante, nos dice a gritos que vayamos a verlo, que lo sintamos como una experiencia nuestra, y del silencio...
El hombre no sólo vive de pan, ni de fe. El hombre está hecho con recuerdos. Y de vez en vez merecen recibir la luz del sol... la luz de la existencia. Hacerles saber que no son simples memorias, sino que son parte de nosotros.