martes, 12 de marzo de 2013

Pista

Se te nota que la piel sensible de los dedos rozó con la fibra curva en el tope de los deseos, presionando con fuerza el alboroto, se ve que sostuvo entre la presión los mechones oscuros.
Se nota que los poros se erizaron, como escamas fuera del agua, cuando se movió la sombra en los primeros rayos del sol.  Con el fin de la tarde y el hedor del calor salino, ella hirió cada sentido de pena ajena.
Se nota que respiró sobre tu cuello, mientras se empañaron los ojos vidriosos con el sudor del quinto beso, y que pronunció los primeros sonetos de una falsa agonía.
Se nota que la miraste a los ojos, sin dejarla perder un segundo el alma que te sostuvo casi inconsciente sobre el regazo en movimiento.

Entre el calor y el frío de cada pensamiento.
Se nota.